Real Federación Española de Natación
16/07/2017 an 00:00
10Km Paula y María, aquí hay nadadoras para rato
Dos juniors entre "tiburones". Paula Ruiz (1999) y María de Valdés (1998) lo dejaron todo en las aguas de Balaton, un lago vacacional que ya nos recibió en el Europeo 2010 y que vivió una extraordinaria -aunque muy calurosa- jornada de Open Water con los 10 km femeninos. En la distancia olímpica, Paula vivió el sueño de ser tercera en los primeros kilómetros para acabar 18ª y María 30ª. Si hubiese una clasificación junior, habrían sido segunda y cuarta, por lo que hay que valorar todo.
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Rodrigo Gil-Sabio (Comunicación RFEN)
Env. Especial al Mundial FINA Budapest 2017
Paula, que partía del pantalán con el número 10, salió ambiciosa y decidida, un rasgo de su personalidad que se acentúa bajo las aguas. María, por su parte, comenzó más atrás, en un "tubo" de carrera donde estaba predestinada a sufrir y recibir zarpazos marinos. Y es que las aguas abiertas son muy diferentes a cualquier deporte acuático. Aquí no te puedes permitir un descuido, debes estar concentrado las 2 horas de carrera proque en un segundo te pueden volar las gafas o recibir un codazo de no se sabe muy bien qué rival.
La primera de las malagueñas optó por seguir la estela de la francesa Muller y la italiana Bridi. Era un rebufo más rápido pero también más cómodo, sin tráfico en los lados. Y así durante los primeros 3,5 kilómetros. María empezó casi en la treintena, bajó al 20 y llegó a ponerse 12ª. Es verdad que a mitad de carrera (5 km), todo se movió por arriba y Paula bajó al 15, aunque a solo 20 segundos de la cabeza. Las opciones de entrar en el Top10 eran más que reales.
EXPERIENCIA Y TALENTO
Pero las aguas abiertas solo entienden de experiencia y talento. Y ahí es cuando las estrellas del circuito hacen magistralmente su trabajo (se colocan, seleccionan y atacan) para evitar que el 7km -en esta distancia olímpica- se convierta en un muro donde algunas, mentalmente, se vienen abajo. Muller aguantó su propio ritmo, Van Rouwendaal no tuvo su día y en la fiesta se coló la ecuatoriana Arévalo y la finalmente la italiana Bridi, tercera, para jolgorio de su técnico y delegación italiana.
En cuanto a las nuestras, en el 8,5 perdimos referencias buenas porque al parecer un sensor de una boya se estaba comiendo puestos. María era la 30 y aparacía la 15, Paula desaparecía de escena, en fin... la tecnología y el correcto seguimiento de carrera siguen siendo la gran asignatura pendiente de esta disciplina, porque no puede ser que el público se pierda, pero mucho más grave es que los propios staffs técnicos de los deportistas tengan problemas para seguir la prueba con información real totalmente contrastada.
Finalmente, Paula Ruiz, entró la 18ª con 2 horas y 2 minutos -a menos de dos minutos del oro- y María de Valdés la 30ª con 2.04.54 . Solo la china junior Siyu Yan fue mejor que Paula -actual campeona del Mundo junior de 7,5 kms-. La discípula de Xavi Casademont tiene otra oportunidad el miércoles de demostrar que el futuro tiene acento andaluz, malagueño para más señas.
Foto: Arriba, un momento de la prueba en el que Xabi Casademont, de espaldas, observa a su pupila Paula Ruiz en una de las vueltas / RFEN
Rodrigo Gil-Sabio (Comunicación RFEN)Env. Especial al Mundial FINA Budapest 2017
Paula, que partía del pantalán con el número 10, salió ambiciosa y decidida, un rasgo de su personalidad que se acentúa bajo las aguas. María, por su parte, comenzó más atrás, en un "tubo" de carrera donde estaba predestinada a sufrir y recibir zarpazos marinos. Y es que las aguas abiertas son muy diferentes a cualquier deporte acuático. Aquí no te puedes permitir un descuido, debes estar concentrado las 2 horas de carrera proque en un segundo te pueden volar las gafas o recibir un codazo de no se sabe muy bien qué rival.
La primera de las malagueñas optó por seguir la estela de la francesa Muller y la italiana Bridi. Era un rebufo más rápido pero también más cómodo, sin tráfico en los lados. Y así durante los primeros 3,5 kilómetros. María empezó casi en la treintena, bajó al 20 y llegó a ponerse 12ª. Es verdad que a mitad de carrera (5 km), todo se movió por arriba y Paula bajó al 15, aunque a solo 20 segundos de la cabeza. Las opciones de entrar en el Top10 eran más que reales.
EXPERIENCIA Y TALENTO
Pero las aguas abiertas solo entienden de experiencia y talento. Y ahí es cuando las estrellas del circuito hacen magistralmente su trabajo (se colocan, seleccionan y atacan) para evitar que el 7km -en esta distancia olímpica- se convierta en un muro donde algunas, mentalmente, se vienen abajo. Muller aguantó su propio ritmo, Van Rouwendaal no tuvo su día y en la fiesta se coló la ecuatoriana Arévalo y la finalmente la italiana Bridi, tercera, para jolgorio de su técnico y delegación italiana.
En cuanto a las nuestras, en el 8,5 perdimos referencias buenas porque al parecer un sensor de una boya se estaba comiendo puestos. María era la 30 y aparacía la 15, Paula desaparecía de escena, en fin... la tecnología y el correcto seguimiento de carrera siguen siendo la gran asignatura pendiente de esta disciplina, porque no puede ser que el público se pierda, pero mucho más grave es que los propios staffs técnicos de los deportistas tengan problemas para seguir la prueba con información real totalmente contrastada.
Finalmente, Paula Ruiz, entró la 18ª con 2 horas y 2 minutos -a menos de dos minutos del oro- y María de Valdés la 30ª con 2.04.54 . Solo la china junior Siyu Yan fue mejor que Paula -actual campeona del Mundo junior de 7,5 kms-. La discípula de Xavi Casademont tiene otra oportunidad el miércoles de demostrar que el futuro tiene acento andaluz, malagueño para más señas.
Foto: Arriba, un momento de la prueba en el que Xabi Casademont, de espaldas, observa a su pupila Paula Ruiz en una de las vueltas / RFEN
