El ‘flautista de Hamelín’ es una leyenda popular documentada por los hermanos Grimm que cuenta que un desconocido músico tenía la misteriosa habilidad de que, al tocar, todos le seguían, primero las ratas que infectaban un pueblo y luego los niños del lugar. David Martín, el seleccionador del waterpolo masculino español, es un ‘poco eso’. La confianza de sus jugadores en él es tal que, si hay que ir al inferno a batallar, allá que van, como hicieron ante los ‘300 helenos’ en una semifinal mundialista para el recuerdo.

Dice Unai Aguirre que “ni perdiendo ahora durante diez años seguidos tendría ninguna mínima duda de David. Pero quizá en otros equipos echarían la culpa al entrenador. Nuestra lectura era distinta ¿Qué había hecho yo para defraudar a David, que todo lo hace bien?” Unas declaraciones a nuestra compañera Marta Pérez, de Mundo Deportivo, que muestran bien a las claras quien es David Martín Lozano, un maestro del orden, el trabajo y la lealtad.

David ya tenía como jugador unas dotes especiales para la comunicación y el liderazgo tranquilo. El oficio va por dentro, pero tenía pinta de futuro entrenador. Estuvo a punto de ganar un Mundial en el agua, el de 2009 en Roma, pero Serbia nos lo quitó por unos dramáticos penaltis (la historia ya le debía una). Ya estaban allí los Iván Pérez, Willy Molina, Iñaki Aguilar, Marc Minguell, Albert Español, los Xavis García y Vallés, Dani Pinedo y… ¡Felipe Perrone!

Aquella conexión continuó tras la etapa brasileña de FP en los Juegos de Río 2016. Felipe regresó a España y vio como su amigo y compañero DM se convertía en el seleccionador español. Tras un primer Mundial fallido -Budapest 2017- David se lo jugaba todo a una carta en los Campeonatos de Europa de BCN 2018, en su ciudad. Ajustó el equipo y dio con la tecla plantándose en la final de una abarrotada Picornell ante la favorita Serbia.

Partidazo, empate, y penaltis donde, una vez más, los balcánicos volvieron a afinar lo justo. Pero esa final se recordará por la reverencia que le hizo el ‘maestro’ Dejan Savic a David tras el saludo de cierre. Un momento glorioso que a todos nos supo a oro. El gran secreto del ‘cuaderno de Bitácora’ del seleccionador habían sido las tres T: Talento, Trabajo y Tenacidad. Eso, y unos staffs altamente profesionalizados.  

EL PRIMER ORO DEL EQUIPO DE DAVID, EN BUDAPEST 2022

A partir de ahí, gloria bendita de un equipo de éxitos -Mundial de Budapest 2022 incluido- con los dos únicos lunares de los varapalos de los Juegos Olímpicos de Tokyo 2020 (ante Serbia) y París 2024 (ante Croacia), medalla que, en justicia, le falta a esta generación dorada en la que ya se ha apeado del tren el sempiterno Felipe.

Por eso era tan importante Singapur 2025, porque era necesario volver a hacer algo grande tras el exitazo de oro del Campeonato de Europa en Zagreb. David Martín sacó la ‘flauta’, volvió a tocar y, del 1 al 14 se pusieron en fila en busca del dorado. Antes de descifrar el cofre de oro en Singapur tuvieron que sortear el barranco griego de las ‘Termópilas’ para decirle al ejército magiar, aquí estamos y venimos a por el cuarto oro mundial masculino de nuestra historia. Estamos dispuestos para la batalla final…

Una hora y cuarto después, España se hacía con un oro de época en la despedida de Felipe Perrone y con esa icónica imagen de David besando en la cabeza al que había sido compañero, amigo y discípulo más aventajado, el gran capitán. Además, Martín lograba dos oros en tres años, justo lo que habíamos conseguido en casi medio siglo (1998 y 2001) con el segundo ‘dream team’ español. 

El refugio secreto de David tras un gran evento internacional es Verín (Ourense) donde desconecta con la familia de todo lo que supone ganar un oro. Ese es su secreto, y que siga muchos años. David Martín es un regalo para el waterpolo español. Un ‘regalazo’, vaya.

Rodrigo Gil-Sabio (Comunicación RFEN Aquatics). Foto: David Martín llevó a España al oro mundial en Singapur 2025 / © Andrea Masini / DBM Deepbluemedia / Insidefoto (Servicio especial para RFEN)