SINGAPUR 2025 Felipe Perrone Rocha, de aquí a la eternidad…


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SINGAPUR 2025 Felipe Perrone Rocha, de aquí a la eternidad…
En uno de los finales más antológicos que ha vivido un deportista el día de su retirada -último gol, ante la Hungría más histórica, en la final de un Mundial, con 39 años, con el público en pie, con un vídeo preparado por la organización de sus rivales…- Felipe Perrone alzaba los brazos al techo de la piscina de Singapur para cerrar toda una vida dedicada al waterpolo. Esta pequeña historia es para decirte: ¡GRACIAS, FELIPAO!
Felipe Perrone Rocha (Río de Jaineiro, 27/02/1986). Con pocos meses de vida, cuando el chupete, los biberones y las siestas intermitentes eran su día a día, en España se jugaban los V Campeonatos el Mundo de Waterpolo, con un tal Manel Estiarte liderando a la selección española en Madrid. Nadie sabíamos entonces que aquel bebé que luego cruzaría el charco para seguir los pasos de su hermano Ricardo (Kiko) iba a nacionalizarse también español y convertirse en nuestro ‘Manel’ del siglo XXI.
Algunos dirán, bueno le falta esa medalla olímpica que el destino le arrebató en Tokyo 2020 y París 2024 -donde España jugó el mejor waterpolo de largo con su liderazgo- y que en buen lid tiene el icónico Estiarte (oro en Atlanta 96 y plata en Barcelona 92) pero es que viendo todo el cariño y reconocimiento mundial que se lleva, es tan grande el tipo que no le ha hecho ni falta.
Exquisito en el trato con compañeros, rivales, entrenadores, directivos, aficionados y demás especie del cloro, Felipe ha sido ese tipo de jugador con pinta de bonachón que, una vez que se colocaba el gorro, el 10, y desplegaba la magia en el agua, estabas perdido. Y entrenando era el primero, el más serio, el más comprometido. En la preparación, entrenamientos y competición, no aceptaba ni una broma. Era el precio que debía pagar para llevar a un grupo de ‘locos’ como los del ‘dream team’ de los noventa, al cetro universal. Y siempre con un carácter cuidadoso al extremo.
FPR ha sido el jugador que más Mundiales ha disputado, nada menos que 13, en los que ha ganado los oros de Budapest 2022 y Singapur 2025, dos platas y tres bronces, pero es que también ha ganado el Europeo de Zagreb 2024 y otras cuatro medallas, seis preseas en Copa del Mundo y Liga Mundial, cinco veces olímpico, la de Río 2016 con Brasil, 1 Champions, 14 Ligas, 15 Copas y 10 Supercopas con su Atlètic-Barceloneta, títulos En España, Brasil, Estados Unidos, Croacia e Italia. Casi un centenar (95) de títulos y medallas le adornan.
Pero, más allá de los números, el legado que deja Felipe es sustancial, con poso, eterno. Para poner en los Campus y Clinics de Waterpolo a los chavales que empiezan en esto. En estos últimos días ha declarado que “he disfrutado el waterpolo del primer al último minuto, pero quiero parar y estar más tiempo con mis hijos”. Claro, tiene 39 años y Los Ángeles 2028 le pillaba demasiado retirado. Haga lo que haga, tiene tanto carisma que, a donde vaya, todo el mundo le va a querer.
En estos momentos estamos seguros de que está practicando pesca submarina en Croacia charlando con un paisano del lugar que no sabe que está pasando la tarde con el rey del balón mojado, el ‘jefe’ de las piscinas, la leyenda acuática…
Estamos de riguroso luto, Felipe. Ya te estamos echando de menos.
Rodrigo Gil-Sabio (Comunicación RFEN Aquatics). Foto: Felipe Perrone Rocha, adiós de oro a la magia en el agua / © Andrea Masini / DBM Deepbluemedia / Insidefoto (Servicio especial para RFEN)
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