Real Federación Española de Natación
13/04/2009 a les 00:00
NATACIÓN SERIAL RAFA MUÑOZ (CAPÍTULO 4) / De las medallas de Eindhoven al sueño olímpico de Pekín 2008
RAFA MUÑOZ afrontaba el año olímpico con renovadas ilusiones. Su impronta continental como nadador júnior y sus deseos de hacer un gran Europeo en Eindhoven podían con todo. También estaba, como estación intermedia, el Mundial de corta en Manchester antes de afrontar el sueño olímpico de Pekín 2008, el gran viaje hacia lo desconocido ya que iba a suponer su debut en unos Juegos. Y con una ciudad entera, Córdoba, pendiente de Rafa.
Unos días antes de comenzar el año olímpico, exactamente el 19 de diciembre de 2007, la piscina de 50 metros del CN Santa Olaya de Gijón –sede del LI Campeonato de España de Invierno- veía como Rafa Muñoz batía su propio récord de España de 50 mariposa con 23.80, por los 24.11 que había marcado como tope en agosto en París. Lo mismo hizo en los 100 mariposa, con récord de España en 53.24. Ambas marcas suponían la mínima para Eindhoven.
Y allá que se fue a Holanda, en marzo de 2008, en busca de un reto ya de dimensiones superiores: la mínima olímpica en los 100 mariposa. El propio Rafa declaró unos días antes que “estoy muy motivado para estos Europeos con el objetivo de alcanzar la mínima olímpica”. El cordobés no tuvo problemas en llegar a semifinales y alcanzar la final de 50 mariposa con el cuarto mejor tiempo y récord de España (23.76). Por eso declaró sin tapujos que “estoy entre los cuatro mejores y voy a nadar la final sin complejos. Tengo buenas sensaciones en este campeonato y voy a luchar para estar cerca de la medalla”.
Dicho y hecho. Rafa Muñoz conseguía su primera presea continental absoluta, la medalla de bronce -en la imagen- con nuevo récord de España (23.60) y sólo cediendo ante el serbio Cavic y el ucraniano Breus. “¡Quería estar entre los más grandes y lo he logrado!”, declaraba. Rafa le dio un gran valor a esta medalla pero quedaba el objetvo más duro, la mínima olímpica en el hectómetro mariposa. Tras unas eliminatorias donde rebajaba el récord de España, llegó la semifinal y allí, el júbilo: finalista, nuevo récord de España y… mínima olímpica clavada en 52.66. Por si fuera poco, nadaba la final con la séptima mejor marca por la calle 1. Y, sacando fuerzas de flaqueza, se hacía con el bronce y nuevo récord de España: 52.09. Colosal. Con una humildad manifiesta, dijo: “Esperaba alguna final y vaya, dos bronces y la mínima olímpica”.
Un mes después de su exitazo –y el de la natación española- en Holanda estuvo en el Mundial de corta de Manchester (un descafeinado festival de marcas, fechas y ausencias) donde Rafa fue finalista individual en 100 mariposa y también por equipos con el relevo español del 4x100 estilos. Quedaba lo más importante, afrontar la recta final antes de los Juegos.
A SUS 20 AÑOS SE CONVIERTE EN EL PRIMER NADADOR CORDOBÉS EN COMPETIR EN UNOS JUEGOS OLÍMPICOS
Con 20 años y allí estaba, a unas semanas de convertirse en el primer nadador cordobés en participar en unos Juegos Olímpicos. Lo más grande, sin duda, porque lo de las medallas sí que parecía un imposible. Rafa se sentía preparado ante la magnitud del reto y, sobre todo, tranquilo: “No estoy nervioso, tengo bastante control sobre mí mismo. Pekín va a ser una experiencia inolvidable, un espectaculo maravilloso, y podré conocer lo que se siente de verdad sin que me lo cuenten otros. Para mí es un orgullo además ser compañero de María Peláez” (andaluza como él, en sus quintos JJOO).
En la última competición antes de los Juegos, el II Open LEN de París, Rafa Muñoz fue oro en 50 mariposa. Se le veía fino antes de viajar a Osaka (JAP), donde quedaría alojado el equipo español preparando la cita olímpica. Y llegó Pekín, y el gran día D para Rafa, el 14 de agosto de 2008, los 100 mariposa. Sólo el nadador conoce sus pensamientos previos a las puertas de la grandeza, aunque sí trascendió que un proceso febril mermó sus fuerzas –también le ocurrió a Erika Villaécija- y le dejó sin opciones de alcanzar la semifinal. Fue séptimo en su serie con 52.53, por lo que se vio obligado a hacer las maletas antes de tiempo.
Sin duda, fue un auténtico jarro de agua fría acabar así una temporada que tan brillantemente había comenzado. Rafa Muñoz se quedó con lo positivo de su primera vivencia olímpica y la experiencia adquirida pero, conociéndole, con ese carácter entre extrovertido e impulsivo, quedó seriamente afectado. Había que levantarse y seguir luchando. Pero, ¿Cómo hacerlo? ¿Dónde? ¿Con quién? ¿Qué rumbo tomaría su carrera después de Pekín?... (R.G.-S.)
MAÑANA, PRÓXIMO CAPÍTULO (5): La marcha de España rumbo a Marsella en busca del todo o nada
*AGRADECIMIENTOS Y REFERENCIAS SERIAL: AD Natación Vista Alegre-Club Navial (Mar Mar Gamito, Mª José Cañete, Manuel López); Hemeroteca/Web (Documentación RFEN, FAN, El Día de Córdoba, Diario de Córdoba, Diario de Jerez, As, Marca, Wikio, Agencias, Notinat); Declaraciones: (Rafa Muñoz, Luis Villanueva).
Unos días antes de comenzar el año olímpico, exactamente el 19 de diciembre de 2007, la piscina de 50 metros del CN Santa Olaya de Gijón –sede del LI Campeonato de España de Invierno- veía como Rafa Muñoz batía su propio récord de España de 50 mariposa con 23.80, por los 24.11 que había marcado como tope en agosto en París. Lo mismo hizo en los 100 mariposa, con récord de España en 53.24. Ambas marcas suponían la mínima para Eindhoven.
Y allá que se fue a Holanda, en marzo de 2008, en busca de un reto ya de dimensiones superiores: la mínima olímpica en los 100 mariposa. El propio Rafa declaró unos días antes que “estoy muy motivado para estos Europeos con el objetivo de alcanzar la mínima olímpica”. El cordobés no tuvo problemas en llegar a semifinales y alcanzar la final de 50 mariposa con el cuarto mejor tiempo y récord de España (23.76). Por eso declaró sin tapujos que “estoy entre los cuatro mejores y voy a nadar la final sin complejos. Tengo buenas sensaciones en este campeonato y voy a luchar para estar cerca de la medalla”.
Dicho y hecho. Rafa Muñoz conseguía su primera presea continental absoluta, la medalla de bronce -en la imagen- con nuevo récord de España (23.60) y sólo cediendo ante el serbio Cavic y el ucraniano Breus. “¡Quería estar entre los más grandes y lo he logrado!”, declaraba. Rafa le dio un gran valor a esta medalla pero quedaba el objetvo más duro, la mínima olímpica en el hectómetro mariposa. Tras unas eliminatorias donde rebajaba el récord de España, llegó la semifinal y allí, el júbilo: finalista, nuevo récord de España y… mínima olímpica clavada en 52.66. Por si fuera poco, nadaba la final con la séptima mejor marca por la calle 1. Y, sacando fuerzas de flaqueza, se hacía con el bronce y nuevo récord de España: 52.09. Colosal. Con una humildad manifiesta, dijo: “Esperaba alguna final y vaya, dos bronces y la mínima olímpica”.
Un mes después de su exitazo –y el de la natación española- en Holanda estuvo en el Mundial de corta de Manchester (un descafeinado festival de marcas, fechas y ausencias) donde Rafa fue finalista individual en 100 mariposa y también por equipos con el relevo español del 4x100 estilos. Quedaba lo más importante, afrontar la recta final antes de los Juegos.
A SUS 20 AÑOS SE CONVIERTE EN EL PRIMER NADADOR CORDOBÉS EN COMPETIR EN UNOS JUEGOS OLÍMPICOS
Con 20 años y allí estaba, a unas semanas de convertirse en el primer nadador cordobés en participar en unos Juegos Olímpicos. Lo más grande, sin duda, porque lo de las medallas sí que parecía un imposible. Rafa se sentía preparado ante la magnitud del reto y, sobre todo, tranquilo: “No estoy nervioso, tengo bastante control sobre mí mismo. Pekín va a ser una experiencia inolvidable, un espectaculo maravilloso, y podré conocer lo que se siente de verdad sin que me lo cuenten otros. Para mí es un orgullo además ser compañero de María Peláez” (andaluza como él, en sus quintos JJOO).
En la última competición antes de los Juegos, el II Open LEN de París, Rafa Muñoz fue oro en 50 mariposa. Se le veía fino antes de viajar a Osaka (JAP), donde quedaría alojado el equipo español preparando la cita olímpica. Y llegó Pekín, y el gran día D para Rafa, el 14 de agosto de 2008, los 100 mariposa. Sólo el nadador conoce sus pensamientos previos a las puertas de la grandeza, aunque sí trascendió que un proceso febril mermó sus fuerzas –también le ocurrió a Erika Villaécija- y le dejó sin opciones de alcanzar la semifinal. Fue séptimo en su serie con 52.53, por lo que se vio obligado a hacer las maletas antes de tiempo.
Sin duda, fue un auténtico jarro de agua fría acabar así una temporada que tan brillantemente había comenzado. Rafa Muñoz se quedó con lo positivo de su primera vivencia olímpica y la experiencia adquirida pero, conociéndole, con ese carácter entre extrovertido e impulsivo, quedó seriamente afectado. Había que levantarse y seguir luchando. Pero, ¿Cómo hacerlo? ¿Dónde? ¿Con quién? ¿Qué rumbo tomaría su carrera después de Pekín?... (R.G.-S.)
MAÑANA, PRÓXIMO CAPÍTULO (5): La marcha de España rumbo a Marsella en busca del todo o nada
*AGRADECIMIENTOS Y REFERENCIAS SERIAL: AD Natación Vista Alegre-Club Navial (Mar Mar Gamito, Mª José Cañete, Manuel López); Hemeroteca/Web (Documentación RFEN, FAN, El Día de Córdoba, Diario de Córdoba, Diario de Jerez, As, Marca, Wikio, Agencias, Notinat); Declaraciones: (Rafa Muñoz, Luis Villanueva).
