Real Federación Española de Natación
23/08/2010 aux 00:00
Equipos de apoyo RFEN, la trastienda del éxito
Las medallas que se ganan nuestros deportistas en el podio tienen siempre un punto de partida que nunca sale en televisión. Es la trastienda del éxito, el trabajo de los equipos de apoyo –médicos, fisioterapeutas, biomecánicos, delegados, periodistas- que complementan a la perfección la programación de directores técnicos y entrenadores. Por eso, en cada disciplina RFEN de los recientes Europeos de Budapest 2010, España ha contado con los mejores especialistas en la materia. REPORTAJE>
REPORTAJE.- En NATACIÓN SINCRONIZADA, el trabajo del médico Pascual Casañ y del fisio César Gutiérrez ha sido una de las claves del extraordinario del rendimiento físico y del alto nivel de recuperación después de dos grandes esfuerzos de competición diarios. Algo fundamental en este deporte, de ahí que la aplicación de hielo en zonas de mucho trabajo muscular tras una prueba y posteriores masajes se antojen imprescindibles en deportistas de sincro.
Además, hay otro trabajo que no se ve en una gran competición pero que es imprescindible. Una labor que pertenece al delegado, en este caso Marcos Robledo, respecto a reuniones técnicas, viaje, hotel, desplazamientos del equipo y otras muchas necesidades para que el/la deportista, sólo piense en competir.
Algo parecido ocurre en NATACIÓN, con la función del responsable de los servicios médicos de la RFEN, José Daguerre, que en el día a día es el auténtico ‘termómetro’ del estado de salud de los deportistas españoles, acompañado en Budapest por los fisios de natación Mónica Solana y Raúl Moreno.
Durante el día tienen trabajo a destajo pero incluso cuando todo el mundo ya ha cenado, ellos tienen en sus habitaciones los cuarteles generales de ‘masaje’ para recuperar el tono muscular de los nadadores que lo precisen en función de si compiten o no. Además, enorme trabajo –ya comentado aquí del biomecánico Raúl Arellano- y del ex nadador Jorge ‘Joti’ Sánchez como delegado de equipo. Han sido tantas sus funciones que en los pequeños y cuidados detalles la selección ha mostrado hechuras de delegación con enorme profesionalidad.
Los SALTOS son una disciplina que también requiere de un gran trabajo de recuperación por la idiosincrasia de este deporte, muy propenso a los golpes, las malas caídas y las lesiones. En Budapest hemos visto el trabajo triple del fisio Federico Morcillo, que tenía que desdoblarse con Illana, Benítez y Silva. Fede también era de los que, después de un día de intenso trabajo, pasaba ‘consulta’ por la noche para recuperar saltadores, siempre coordinado con el entrenador Manuel Gandarias.
Y, finalmente, en AGUAS ABIERTAS, al estar en Balaton lejos de Budapest, España desplazó a un médico, Elsa Florido, a la que se sumó el también fundamental trabajo de Jordi Cruz en la recuperación de deportistas sometidos a aguas frías, no potables, viento, frío y muchos kilómetros de sacrificio en el agua con alimentación dificultosa en algunos casos por las condiciones de los avituallamientos en carrera. Después de 25 kilómetros y casi 6 horas de esfuerzo, además de la recuperación anímica del deportista, el trabajo físico es absolutamente imprescindible.
Todos ellos -independientemente de la disciplina- médicos, fisios, delegados, biomecánicos, periodistas, equipos de apoyo en suma-, han formado parte de la delegación española en los Campeonatos de Europa de Budapest que se han traído 9 medallas y numerosos finalistas, y que han arropado en gran medida a los deportistas en la consecución de sus éxitos, pero que se han volcado para arropar aún más, si cabe, a los que por diferentes motivos no han logrado cubrir sus objetivos en espera de un próximo reencuentro en la alta competición.
Texto/Foto: Rodrigo Gil-Sabio (RFEN - Budapest)
REPORTAJE.- En NATACIÓN SINCRONIZADA, el trabajo del médico Pascual Casañ y del fisio César Gutiérrez ha sido una de las claves del extraordinario del rendimiento físico y del alto nivel de recuperación después de dos grandes esfuerzos de competición diarios. Algo fundamental en este deporte, de ahí que la aplicación de hielo en zonas de mucho trabajo muscular tras una prueba y posteriores masajes se antojen imprescindibles en deportistas de sincro.
Además, hay otro trabajo que no se ve en una gran competición pero que es imprescindible. Una labor que pertenece al delegado, en este caso Marcos Robledo, respecto a reuniones técnicas, viaje, hotel, desplazamientos del equipo y otras muchas necesidades para que el/la deportista, sólo piense en competir.
Algo parecido ocurre en NATACIÓN, con la función del responsable de los servicios médicos de la RFEN, José Daguerre, que en el día a día es el auténtico ‘termómetro’ del estado de salud de los deportistas españoles, acompañado en Budapest por los fisios de natación Mónica Solana y Raúl Moreno.
Durante el día tienen trabajo a destajo pero incluso cuando todo el mundo ya ha cenado, ellos tienen en sus habitaciones los cuarteles generales de ‘masaje’ para recuperar el tono muscular de los nadadores que lo precisen en función de si compiten o no. Además, enorme trabajo –ya comentado aquí del biomecánico Raúl Arellano- y del ex nadador Jorge ‘Joti’ Sánchez como delegado de equipo. Han sido tantas sus funciones que en los pequeños y cuidados detalles la selección ha mostrado hechuras de delegación con enorme profesionalidad.
Los SALTOS son una disciplina que también requiere de un gran trabajo de recuperación por la idiosincrasia de este deporte, muy propenso a los golpes, las malas caídas y las lesiones. En Budapest hemos visto el trabajo triple del fisio Federico Morcillo, que tenía que desdoblarse con Illana, Benítez y Silva. Fede también era de los que, después de un día de intenso trabajo, pasaba ‘consulta’ por la noche para recuperar saltadores, siempre coordinado con el entrenador Manuel Gandarias.
Y, finalmente, en AGUAS ABIERTAS, al estar en Balaton lejos de Budapest, España desplazó a un médico, Elsa Florido, a la que se sumó el también fundamental trabajo de Jordi Cruz en la recuperación de deportistas sometidos a aguas frías, no potables, viento, frío y muchos kilómetros de sacrificio en el agua con alimentación dificultosa en algunos casos por las condiciones de los avituallamientos en carrera. Después de 25 kilómetros y casi 6 horas de esfuerzo, además de la recuperación anímica del deportista, el trabajo físico es absolutamente imprescindible.
Todos ellos -independientemente de la disciplina- médicos, fisios, delegados, biomecánicos, periodistas, equipos de apoyo en suma-, han formado parte de la delegación española en los Campeonatos de Europa de Budapest que se han traído 9 medallas y numerosos finalistas, y que han arropado en gran medida a los deportistas en la consecución de sus éxitos, pero que se han volcado para arropar aún más, si cabe, a los que por diferentes motivos no han logrado cubrir sus objetivos en espera de un próximo reencuentro en la alta competición.
Texto/Foto: Rodrigo Gil-Sabio (RFEN - Budapest)
