Celia Fernández, una vida de vértigo a 22 metros de altura

En su día a día, esta ingeniera de telecomunicaciones que trabaja en la industria farmacéutica atiende a clientes y traza objetivos empresariales como otros muchos profesionales. Pero en su tiempo libre es una de las pocas mujeres en el mundo capaz de subirse a una plataforma de 22 metros y lanzarse al vacío, a más de 90Kms/h, para romper el agua con los talones. Sí, es la primera high diver española y se llama Celia Fernández. Su carta de presentación no ha podido ser mejor: novena en su debut en la Copa del Mundo de Abu Dhabi 2018, a un puesto del pase directo al Campeonato del Mundo FINA. Hablamos con ella. Y esta es su historia…

Rodrigo Gil-Sabio (Comunicación RFEN Aquatics)

Nacida en 1988, año en el que Sergi López alcanzaba la segunda medalla olímpica de la historia de la natación española, se puede decir que Celia Fernández López lleva una ‘doble vida’. Entiéndase la expresión en una persona que realiza una actividad normal una buena parte del día y otra extraordinaria solo al alcance de un puñado de elegidas.

Y es que, desde muy jovencita, esta madrileña de 31 años recién cumplidos (el 25 de noviembre) afincada en Barcelona practicaba gimnasia artística, afición que le duró “hasta casi los 24 años”, como nos dice ella misma de un deporte en el que ha hecho de todo, ya que “también he sido entrenadora y juez”. En 2013 pedían acróbatas para un espectáculo acuático y empezó con el histórico Emilio Ratia, su primer entrenador, a practicar en el M-86 con los masters.

Más tarde llegaría una oportunidad única para ella, un show en Macao de uno de los creadores del Circo del Sol. Una especie de ONU de gimnastas, acróbatas, saltadores, saltimbanquis… que busca lo más granado del orbe para sus espectáculos. Celia, a la que ya rondaba en la cabeza la idea del high diving, conoció allí a Carlos Gimeno, nuestro diver mundialista en Kazan 2015.

DOS AÑOS EN MACAO

Tras dos años en Macao, “dejé de entrenar un tiempo y en 2017 me vine a vivir a España. Pero sentí que necesitaba de nuevo la adrenalina de los saltos. Aquello me animó y envié unos videos a Red Bull. En marzo de este año me otorgaron una will card para competir en Mostar (Bosnia)”. La particularidad de este deporte hace que solo sea posible entrenarlo, en zona europea, en Inglaterra y Austria, lugares que Celia conoce a la perfección.  

En septiembre, en Mostar, le dieron a Celia la oportunidad de saltar en la Copa del Mundo FINA. Su progresión en los últimos meses era una evidencia. “Contacté con la Federación Española de Natación, en concreto con Donald Miranda (Director Técnico de Saltos), para tramitar oficialmente la inscripción”. Ya sabían de ella porque Agustín Sánchez -entrenador del grupo de Saltos de la Federación Catalana y su actual entrenador- le ayudó a que pudiese entrenar el CAR de Sant Cugat. Y llegó el gran día del debut en Abu Dhabi. Celia lo tenía claro: “mi objetivo principal era disfrutar. Preparé un salto nuevo con más dificultad. Es como escalar una montaña. Llegué pensando en quedar la última, ten en cuenta que trabajo y puedo entrenar poco (3 veces por semana) y me falta coeficiente de dificultad”. Pese a ello, hizo un buen primer salto y acabó disfrutando mucho de la competición con cuatro saltos muy meritorios.

Para prepararse bien, Celia Fernández hace dos tipos de entrenamiento, el físico y el mental. Con el primero hace una especie de test/error que le permite evolucionar. Con el segundo, cierra los ojos y recrea visualizaciones, entre otras cosas para ajustar los saltos si te quedas un poco corto en el vuelo, por ejemplo. Y, como ella dice, “el momento clave en competición es cuando te quedan dos saltadores por delante y piensas, ahora me toca a mí”.

CONVIVIR CON EL VÉRTIGO

Aunque pueda sonar a chiste, Celia tiene “vértigo y tengo mis miedos, como todos”. Pero las divers del circuito tienen un truco que nos ha desvelado: “sí, nos subimos a la altura de 27 metros de los chicos y decimos, ah, bueno, lo nuestro está más abajo”. Solo cinco metros menos (22), un pequeño consuelo para estos ‘pájaros humanos’ que desafían todas las reglas de la lógica y que, además, son “una pequeña gran familia porque todos nos apoyamos, nos damos consejos y nos abrazamos después de un salto”. Teniendo en cuenta que se están jugando la vida a esa altura y a gran velocidad, la terapia social entre ellos es un escape más que necesario.

A Celia también le gusta bailar, correr, la montaña, viajar… y ahora ha empezado a tocar la guitarra. Con esa sonrisa y ese positivismo contagiosos que tiene, lo que hace un año era una utopía y hace tres meses un sueño, es hoy un objetivo: convertirse en la primera española en disputar un Campeonato del Mundo FINA. Hablamos de Corea del Sur en 2019, aunque para ello deberá ganarse plaza en mayo en otra prueba oficial de la Copa del Mundo.

Mucha gente le dice: “Celia, lo que has cambiado en estos pocos meses”. Celia ha mejorado mucho, sí; antes ‘escalaba montañas’, ahora también se 'tira' desde lo más alto de ellas. Pero no tanto para ser la mejor, más bien para disfrutar de la vida como lo hace con esta ‘locura’ llamada high diving. Quizás ese sea el secreto de su éxito, ver las cosas con un optimismo vital a vista de pájaro, nada menos que a 22 metros de altura.

 Fotos: Celia Fernández