Real Federación Española de Natación
01/04/2007 alle 00:00
MELBOURNE 2007 NATACIÓN – Michael Phelps consigue su séptimo oro e iguala la gesta de Mark Spitz
Michael Phelps ha pasado hoy a la historia del deporte mundial tras conseguir su séptimo oro –y cinco records del mundo- en los Mundiales de Melbourne 2007 que acaban de finalizar. Su último oro en 400 estilos iguala la gesta de Mark Spitz de los 7 oros de Munich 72. Treinta y cinco años después, el chico de Baltimore ya es una leyenda viva de la natación universal. Pudo conseguir el octavo, pero Ian Crocker dejó a EE.UU fuera de la final de los 4x100 estilos.
La última jornada de competición fue otro monólogo de un Michael Phelps que salió a la piscina tan concentrado con su música como siempre. Parecía algo cansado, lo que no le impidió dominar el hectómetro mariposa a poca distancia de su compatriota Ryan Lochte. Fue en la espalda –su ‘talón de Aquiles’, si es que lo tiene- donde Lochte pasó primero, pero justo en el viraje submarino de braza, Phelps volvía a recuperar la cabeza.
En el hectómetro final de crol, el de Baltimore parecía más fatigado que nunca pero era una impresión óptica, porque tuvo arrestos para batir de calle el récord del mundo con 4.06.22, por los 4.08.26 que él mismo poseía desde Atenas 2004.
IAN CROCKER, HUNDIDO
Después, en la entrega de medallas, la madre de la criatura lloraba emocionada y Phelps reía tímidamente. En el paseíllo de honor, felicitaciones, saludos y un hundido Ian Crocker, en la grada, con la mirada perdida y pensando: ‘Tierra, trágame’, tras su descalificación en el relevo USA 4x100 estilos, que a buen seguro le habría dado el octavo oro a Phelps. El regalo que le hizo en 100 mariposa, se lo arrebató amargamente con su descalificación. La movida en la delegación USA tiene que ser espectacular. Pero ya no hay duda, la gesta de Mark Spitz ha sido igualada por este ''tarzán'' del siglo XXI que no le tiene miedo a nada y que, si se lo propone, podría optar a un nuevo desafío en Pekín 2008.
Precisamente el 4x100 estilos que cerraba el Mundial en Melbourne quedó desdibujado por la ausencia de EE.UU y cuatro potencias se jugaban los metales: Australia, Rusia, Gran Bretaña y Japón. Fueron los nipones los que dominaron la prueba, sobre todo tras la poderosa braza de Kitajima, pero en el camino hacia el oro se cruzó una Australia con una espectacular posta en el nado libre. Los ‘aussiees’ acabaron festejando un cetro que no era suyo, sino de Phelps y sus compañeros.
El otro récord mundial de la jornada fue para la estadounidense Katie Hoff en la final de los 400 estilos. Hoff paró el crono en 4.32.59, superando el registro anterior de la ucraniana Yana Klochkova en 4.33.59, marca conseguida en los Juegos de Sidney 2000.
Mientras, en los 1.500, el nado seco y rudo del joven polaco Sawrymowicz pudo con la locomotora rusa Prilukov y con el británico Davies, con un Grant Hackett que volvió a sacar el ‘ticket de bañista’ en vez de el de competición. Así le fue, acabó séptimo, demostrando que su pico de forma no ha sido el adecuado cuando venía como líder indiscutible de la delegación masculina ‘aussie’. Quizás sea el momento de dar el salto a los 10 kilómetros de aguas abiertas en Pekín, porque en la piscina ya ha dejado de mandar.
Finalmente, en las pruebas de velocidad, la australiana Lisbeth Lenton se convirtió en la reina de las pruebas de natación en Mebourne al conseguir su quinto oro, esta vez en los 50 libres por delante de la ‘gigantona’ sueca Alshammar y la holandesa Veldhuis. Los 50 braza fueron para la también estadounidense Jessicah Hardy, por delante de Leisel Jones y Tara Kirk. Y los 50 espalda se los llevó el campeón sudafricano Gerhard Zandberg, que pudo con dos clásicos: el alemán Ruprath y el británico Tancock. Pero el rey universal fue Phelps. Adiós Melbourne 2007, hasta pronto Pekín 2008.
La última jornada de competición fue otro monólogo de un Michael Phelps que salió a la piscina tan concentrado con su música como siempre. Parecía algo cansado, lo que no le impidió dominar el hectómetro mariposa a poca distancia de su compatriota Ryan Lochte. Fue en la espalda –su ‘talón de Aquiles’, si es que lo tiene- donde Lochte pasó primero, pero justo en el viraje submarino de braza, Phelps volvía a recuperar la cabeza.
En el hectómetro final de crol, el de Baltimore parecía más fatigado que nunca pero era una impresión óptica, porque tuvo arrestos para batir de calle el récord del mundo con 4.06.22, por los 4.08.26 que él mismo poseía desde Atenas 2004.
IAN CROCKER, HUNDIDO
Después, en la entrega de medallas, la madre de la criatura lloraba emocionada y Phelps reía tímidamente. En el paseíllo de honor, felicitaciones, saludos y un hundido Ian Crocker, en la grada, con la mirada perdida y pensando: ‘Tierra, trágame’, tras su descalificación en el relevo USA 4x100 estilos, que a buen seguro le habría dado el octavo oro a Phelps. El regalo que le hizo en 100 mariposa, se lo arrebató amargamente con su descalificación. La movida en la delegación USA tiene que ser espectacular. Pero ya no hay duda, la gesta de Mark Spitz ha sido igualada por este ''tarzán'' del siglo XXI que no le tiene miedo a nada y que, si se lo propone, podría optar a un nuevo desafío en Pekín 2008.
Precisamente el 4x100 estilos que cerraba el Mundial en Melbourne quedó desdibujado por la ausencia de EE.UU y cuatro potencias se jugaban los metales: Australia, Rusia, Gran Bretaña y Japón. Fueron los nipones los que dominaron la prueba, sobre todo tras la poderosa braza de Kitajima, pero en el camino hacia el oro se cruzó una Australia con una espectacular posta en el nado libre. Los ‘aussiees’ acabaron festejando un cetro que no era suyo, sino de Phelps y sus compañeros.
El otro récord mundial de la jornada fue para la estadounidense Katie Hoff en la final de los 400 estilos. Hoff paró el crono en 4.32.59, superando el registro anterior de la ucraniana Yana Klochkova en 4.33.59, marca conseguida en los Juegos de Sidney 2000.
Mientras, en los 1.500, el nado seco y rudo del joven polaco Sawrymowicz pudo con la locomotora rusa Prilukov y con el británico Davies, con un Grant Hackett que volvió a sacar el ‘ticket de bañista’ en vez de el de competición. Así le fue, acabó séptimo, demostrando que su pico de forma no ha sido el adecuado cuando venía como líder indiscutible de la delegación masculina ‘aussie’. Quizás sea el momento de dar el salto a los 10 kilómetros de aguas abiertas en Pekín, porque en la piscina ya ha dejado de mandar.
Finalmente, en las pruebas de velocidad, la australiana Lisbeth Lenton se convirtió en la reina de las pruebas de natación en Mebourne al conseguir su quinto oro, esta vez en los 50 libres por delante de la ‘gigantona’ sueca Alshammar y la holandesa Veldhuis. Los 50 braza fueron para la también estadounidense Jessicah Hardy, por delante de Leisel Jones y Tara Kirk. Y los 50 espalda se los llevó el campeón sudafricano Gerhard Zandberg, que pudo con dos clásicos: el alemán Ruprath y el británico Tancock. Pero el rey universal fue Phelps. Adiós Melbourne 2007, hasta pronto Pekín 2008.