Real Federación Española de Natación
03/09/2008 alle 00:00
CENTENARIO DEL WATERPOLO ESPAÑOL - 26 septiembre 1990. EL FICHAJE DEL ENTRENADOR CROATA DRAGAN MATUTINOVIC, UNA APUESTA ARRIESGADA DE JOAQUIM PUJOL
En agosto de 1990, la Comisión de Waterpolo de la FEN que presidía Joaquim Pujol analizó la trayectoria del equipo que se estaba preparando para representar a España en los Juegos Olímpicos de Barcelona ’92 y llegó a la conclusión de que los resultados, con ser aceptables, no estaban en la línea de progreso que se habían marcado como presupuesto cara al compromiso olímpico y se pensó en un cambio en la dirección técnica del equipo.
Una gestión diplomática y amistosa, coincidente con la posibilidad de que fuese contratado por el CN Barcelona, cerró el capítulo de Antoni Esteller al frente del equipo nacional.
Por delante quedaba un Mundial a cuatro meses vista y los Juegos Olímpicos al cabo de dos años. Si había que remodelar el cuadro técnico, era imperativa una solución inmediata. La Comisión se tomo el tiempo necesario para definir el perfil del hombre que necesitaba y sólo media hora para dejar en manos de Dragan Matutinovic, hasta aquel momento entrenador del CN Montjuïc, la mayor responsabilidad con que se había enfrentado nunca el waterpolo español.
Croata, 36 años (Split, 23 febrero 1954), Matutinovic era un entrenador optimista, impulsivo y con carácter. Y era evidente que su principal misión sería la de inculcar estas virtudes a una selección que necesitaba reforzar su autoestima.
Matutinovic conocía perfectamente a todos sus componentes, por lo que la convicción y confianza que tenía en ellos no dejaba lugar a dudas. Fue el primero que, con voz firme, dijo que España jugaría la final de Barcelona.
Para poder seguir su extenuante entrega se estructuró el siguiente equipo técnico: Rafael Aguilar como su ayudante; Joaquim Colet como transmisor de todos sus planes e ideas al equipo júnior; el doctor Miquel Masgrau como médico, y Pere Robert como delegado de equipo, encargado de coordinar y resolver todos los problemas cotidianos que aturden y molestan a entrenadores y jugadores.
Este fue el equipo que, en dos años, consiguió lo que ni los más optimistas se hubiesen atrevido a soñar.
En la foto, el croata Dragan Matutinovic cuyo nombramiento como entrenador-seleccionador del equipo de España, substituyendo a Antoni Esteller a dos años vista de los Juegos Olímpicos de Barcelona, fue una decisión arriesgada que sorprendió a todo el mundo. Pero los resultados dieron la razón a los responsables de su fichaje.
Una gestión diplomática y amistosa, coincidente con la posibilidad de que fuese contratado por el CN Barcelona, cerró el capítulo de Antoni Esteller al frente del equipo nacional.
Por delante quedaba un Mundial a cuatro meses vista y los Juegos Olímpicos al cabo de dos años. Si había que remodelar el cuadro técnico, era imperativa una solución inmediata. La Comisión se tomo el tiempo necesario para definir el perfil del hombre que necesitaba y sólo media hora para dejar en manos de Dragan Matutinovic, hasta aquel momento entrenador del CN Montjuïc, la mayor responsabilidad con que se había enfrentado nunca el waterpolo español.
Croata, 36 años (Split, 23 febrero 1954), Matutinovic era un entrenador optimista, impulsivo y con carácter. Y era evidente que su principal misión sería la de inculcar estas virtudes a una selección que necesitaba reforzar su autoestima.
Matutinovic conocía perfectamente a todos sus componentes, por lo que la convicción y confianza que tenía en ellos no dejaba lugar a dudas. Fue el primero que, con voz firme, dijo que España jugaría la final de Barcelona.
Para poder seguir su extenuante entrega se estructuró el siguiente equipo técnico: Rafael Aguilar como su ayudante; Joaquim Colet como transmisor de todos sus planes e ideas al equipo júnior; el doctor Miquel Masgrau como médico, y Pere Robert como delegado de equipo, encargado de coordinar y resolver todos los problemas cotidianos que aturden y molestan a entrenadores y jugadores.
Este fue el equipo que, en dos años, consiguió lo que ni los más optimistas se hubiesen atrevido a soñar.
En la foto, el croata Dragan Matutinovic cuyo nombramiento como entrenador-seleccionador del equipo de España, substituyendo a Antoni Esteller a dos años vista de los Juegos Olímpicos de Barcelona, fue una decisión arriesgada que sorprendió a todo el mundo. Pero los resultados dieron la razón a los responsables de su fichaje.