Real Federación Española de Natación
26/11/2008 alle 00:00
CENTENARIO DEL WATERPOLO ESPAÑOL - 4 agosto 2002. ESPAÑA SE PROCLAMA SUBCAMPEONA EN LA PRIMERA LIGA MUNDIAL MASCULINA
La FINA estaba empeñada en organizar una Liga Mundial de waterpolo sin contar con un apoyo sólido de los países más vinculados a esta especialidad. Esto supuso que, a la hora de la verdad, sólo ocho equipos estuviesen dispuestos a participar en ella. Para “vestir el santo” y para justificar largos y costosos desplazamientos se tuvo que estructurar un calendario absurdo, con muchas concesiones a los que las exigieron.
¿Qué sentido tenía una competición “mundial” con seis equipos europeos (Italia, España, Grecia, Croacia, Rusia y Hungría) y dos americanos (Estados Unidos y Brasil)? ¿Qué interés tenían para España cuatro partidos seguidos contra Brasil? ¿Por qué, al ofrecerse como organizadora de la ronda final, Grecia ya quedó clasificada de oficio para jugarla?
Prevaleció el argumento de que todos los comienzos son dificultosos y que en futuras ediciones se irían orillando los problemas. España, vigente Campeona Mundial, tenía el deber moral de colaborar y así lo hizo. Pero la Liga fue un potaje que terminó tan mal como había empezado. Hungría y Rusia, que habían amañado su partido para beneficiarse de los dos primeros puestos, en perjuicio de España, sólo fueron sancionadas, cuando lo que correspondía era su descalificación y España fue subcampeona en una final vergonzante.
Naturalmente, España no participó en la siguiente edición. En cuanto a la competición en sí, empezó a tener algún sentido a partir de 2005 con la entrada de Canadá, China y Australia.
En la foto, los jugadores españoles que intervinieron en la primera Liga Mundial de Waterpolo. De izquierda a derecha, de pie: Ángel Luís Andreo, Gabriel Hernández, Guillermo Molina, Iván Ernesto Pérez, Joan Jané (entrenador), Jesús Rollán, Antonio Aparicio (segundo entrenador), Sergi Pedrerol, Javier Sánchez-Toril, Daniel Moro y Salvador Gómez. Agachados: Daniel Ballart, Daniel Cércols, Gustavo Marcos, David Martín, Iván Moro, Carles Sanz y Xavier Vallés.
¿Qué sentido tenía una competición “mundial” con seis equipos europeos (Italia, España, Grecia, Croacia, Rusia y Hungría) y dos americanos (Estados Unidos y Brasil)? ¿Qué interés tenían para España cuatro partidos seguidos contra Brasil? ¿Por qué, al ofrecerse como organizadora de la ronda final, Grecia ya quedó clasificada de oficio para jugarla?
Prevaleció el argumento de que todos los comienzos son dificultosos y que en futuras ediciones se irían orillando los problemas. España, vigente Campeona Mundial, tenía el deber moral de colaborar y así lo hizo. Pero la Liga fue un potaje que terminó tan mal como había empezado. Hungría y Rusia, que habían amañado su partido para beneficiarse de los dos primeros puestos, en perjuicio de España, sólo fueron sancionadas, cuando lo que correspondía era su descalificación y España fue subcampeona en una final vergonzante.
Naturalmente, España no participó en la siguiente edición. En cuanto a la competición en sí, empezó a tener algún sentido a partir de 2005 con la entrada de Canadá, China y Australia.
En la foto, los jugadores españoles que intervinieron en la primera Liga Mundial de Waterpolo. De izquierda a derecha, de pie: Ángel Luís Andreo, Gabriel Hernández, Guillermo Molina, Iván Ernesto Pérez, Joan Jané (entrenador), Jesús Rollán, Antonio Aparicio (segundo entrenador), Sergi Pedrerol, Javier Sánchez-Toril, Daniel Moro y Salvador Gómez. Agachados: Daniel Ballart, Daniel Cércols, Gustavo Marcos, David Martín, Iván Moro, Carles Sanz y Xavier Vallés.