Real Federación Española de Natación
28/08/2014 alle 00:00
La historia de Paula y la selección americana
Al término de los octavos de final, la piscina M-86 ha acogido un último encuentro. Lo han jugado cuatro equipos formados por voluntarios del Mundial ante una grada con pocas pero destacadas espectadoras. Con la mayoría de equipos en el vecino Hotel Colón, concentrados en los cuartos, un conjunto y parte de su staff ha optado por venir a animar a la voluntaria que les acompaña, que hoy jugaba su primer partido de waterpolo.
El gran grueso de voluntarios del campeonato viene del mundo del waterpolo. Por ello, cuando Alberto Martínez "Guti", responsable del comité organizador, y Freddy Bedoya, el encargado de voluntarios, convocaron un encuentro para todos ellos a las 19:45h de hoy, la hoja de inscripción no tardó en rebasar los 26 jugadores reglamentarios. Tocaba improvisar una alternativa basada en reglas sencillas: división aritmética de los asistentes en cuatro formaciones y otros tantos encuentros de cinco minutos a reloj corrido. El resultado, claro, era lo de menos...
Entre tanto waterpolista en el agua, alguno de categoría Nacional y hasta de División de Honor, figuraban numerosos valientes no practicantes del deporte. Una de ellas era, paradójicamente, la más aclamada por la grada. Su nombre, Paula Rodrigo, una voluntaria que se había inscrito en el apartado de doping. Su solicitud había sido aceptada, pero a poco de arrancar el campeonato, Freddy Bedoya contactó con ella para proponerle un cambio de planes: "Necesitábamos un guía para el equipo estadounidense -detalla Freddy-, y Paula encajaba a la perfección en el perfil para suplir el puesto. Por supuesto, aceptó encantada".
El buen feeling con sus "chicas" ha quedado patente esta misma tarde. Al término del segundo entrenamiento de hoy, las waterpolistas estadounidenses -que jugarán mañana los cuartos de final ante Holanda- se hicieron con unas cuantas hojas en blanco, unos rotuladores y numerosos abanicos para llenarlos de mensajes de ánimo para su guía, Paula. Acostumbrada a seguir los partidos desde el lateral de la piscina, a las 19:45h de hoy se intercambiaron los papeles, y era Paula la que batallaba en el agua mientras las trece waterpolistas de EE.UU. y parte de su equipo técnico se desgañitaban en la grada: "Paula is a balla (sic). We love you!" (Paula es una bala, te queremos). "Go, Paula!" (ánimo, Paula), rezaban las pancartas.
Durante el grito previo al encuentro, el equipo de Paula correspondió la atención con su "estrella" por un día. A modo de guiño a la natación sincronizada, una de las compañeras de equipo, Elena García, se sumergió en el agua mientras sus compañeros la rodeaban para elevar a Paula que, emulando a nuestra "Alba Cabello", elevó los brazos al viento. Las estadounidenses estallaban de júbilo en la grada.
El partido discurrió sin demasiada historia. Ni faltas, ni zonas, ni boyas y alguna expulsión, pero mucha diversión. Al final del mismo, Paula marcó su preceptivo tanto con la ayuda del rival. Poco importaban las reglas y que el penalti, inexistente, se lanzara desde dos metros. Paula ya tenía su gol, por supuesto, muy celebrado en toda la piscina. Cuando sonó el silbido final, las hoy animadoras de Paula le arrojaron desde la grada un gorro de los Estados Unidos a modo de regalo. Sin embargo, el presente verdadero, fue su presencia en una instalación donde, en unas horas, se jugarán el ser o no ser en un campeonato del mundo. Pero eso será mañana ante Holanda; hoy la protagonista era Paula y, por supuesto, el voluntariado. ¡Gracias!
Cristian Mestres / Edu Bustos
El gran grueso de voluntarios del campeonato viene del mundo del waterpolo. Por ello, cuando Alberto Martínez "Guti", responsable del comité organizador, y Freddy Bedoya, el encargado de voluntarios, convocaron un encuentro para todos ellos a las 19:45h de hoy, la hoja de inscripción no tardó en rebasar los 26 jugadores reglamentarios. Tocaba improvisar una alternativa basada en reglas sencillas: división aritmética de los asistentes en cuatro formaciones y otros tantos encuentros de cinco minutos a reloj corrido. El resultado, claro, era lo de menos...
Entre tanto waterpolista en el agua, alguno de categoría Nacional y hasta de División de Honor, figuraban numerosos valientes no practicantes del deporte. Una de ellas era, paradójicamente, la más aclamada por la grada. Su nombre, Paula Rodrigo, una voluntaria que se había inscrito en el apartado de doping. Su solicitud había sido aceptada, pero a poco de arrancar el campeonato, Freddy Bedoya contactó con ella para proponerle un cambio de planes: "Necesitábamos un guía para el equipo estadounidense -detalla Freddy-, y Paula encajaba a la perfección en el perfil para suplir el puesto. Por supuesto, aceptó encantada".
El buen feeling con sus "chicas" ha quedado patente esta misma tarde. Al término del segundo entrenamiento de hoy, las waterpolistas estadounidenses -que jugarán mañana los cuartos de final ante Holanda- se hicieron con unas cuantas hojas en blanco, unos rotuladores y numerosos abanicos para llenarlos de mensajes de ánimo para su guía, Paula. Acostumbrada a seguir los partidos desde el lateral de la piscina, a las 19:45h de hoy se intercambiaron los papeles, y era Paula la que batallaba en el agua mientras las trece waterpolistas de EE.UU. y parte de su equipo técnico se desgañitaban en la grada: "Paula is a balla (sic). We love you!" (Paula es una bala, te queremos). "Go, Paula!" (ánimo, Paula), rezaban las pancartas.
Durante el grito previo al encuentro, el equipo de Paula correspondió la atención con su "estrella" por un día. A modo de guiño a la natación sincronizada, una de las compañeras de equipo, Elena García, se sumergió en el agua mientras sus compañeros la rodeaban para elevar a Paula que, emulando a nuestra "Alba Cabello", elevó los brazos al viento. Las estadounidenses estallaban de júbilo en la grada.
El partido discurrió sin demasiada historia. Ni faltas, ni zonas, ni boyas y alguna expulsión, pero mucha diversión. Al final del mismo, Paula marcó su preceptivo tanto con la ayuda del rival. Poco importaban las reglas y que el penalti, inexistente, se lanzara desde dos metros. Paula ya tenía su gol, por supuesto, muy celebrado en toda la piscina. Cuando sonó el silbido final, las hoy animadoras de Paula le arrojaron desde la grada un gorro de los Estados Unidos a modo de regalo. Sin embargo, el presente verdadero, fue su presencia en una instalación donde, en unas horas, se jugarán el ser o no ser en un campeonato del mundo. Pero eso será mañana ante Holanda; hoy la protagonista era Paula y, por supuesto, el voluntariado. ¡Gracias!
Cristian Mestres / Edu Bustos
