Real Federación Española de Natación
29/03/2007 às 00:00
MELBOURNE 2007 NATACIÓN – Un Phelps imparable suma su cuarta medalla y tres records mundiales
Michael Phelps sigue haciendo historia en su cruzada por hacer de la natación un deporte de masas. Por lo visto en Melbourne y como hiciese la española Mengual en sincronizada, lo está consiguiendo a base de títulos y records del mundo. En la quinta jornada sumó su cuarto metal y otro récord del mundo, el tercero, en los 200 estilos individual. Lo mismo hicieron sus compañeras del 4x200 libres y Vaziri, igualando su propia plusmarca mundial en 50 espalda. Una jornada con acento estadounidense.
Phelps no se cansa de ganar. Reivindica la perfección, y la suya pasa por demostrarse a sí mismo que cada vez es mejor. En el quinto día de natación, el líder estadounidense se impuso en los 200 estilos individual parando el crono en 1.54.98, por los 1.55.84 que tenía del verano pasado en los Pan Pacíficos. Tras él se subió al cajón su compatriota Ryan Lochte y el húngaro Laszlo Cseh, un campeón de Europa que sigue coleccionando medallas mundiales.
El otro gran récord universal del día lo firmaron las chicas del 4x200 libres estadounidese con 7.50.09 (Coughlin, Voller, Nymeyer y Hoff) arrebatándoles su lugar en la historia a las alemanas, que tenían como tope el 7.50.82 de los Europeos de Budapest. Poco les ha durado. La también estadounidense Leila Vaziri volvió a igualar su mejor marca mundial de los 50 espalda (28.16) en una final en la que hicieron de comparsas la bielorrusa Herasimenia y la austrliana Zimmer.
LOS ''FÓRMULA 1''
En la finalísima de los 100 libres, el brasileño César Cielo, protagonista en los primeros 70-75 metros, se ha quedado sin medalla ante el paso de los ‘fórmula 1’ Magnini y Hayden (oro compartido con un doble 48.43), seguidos del australiano Sullivan. En una final carísima en emoción, que no en marcas, Lezak, Van den Hoogenband, Schoeman y Neethling se han quedado lejos de un podio con el que todo velocista sueña: el hectómetro de nado libre, la prueba de las pruebas pese al auge de los 50 libres, una carrera más explosiva pero donde la táctica pierde protagonismo. VDH ya ha perdido las finales de 100 y 200 libres, pero para perderlas hay que nadarlas, y sólo lo consiguen los ocho grandes.
La que sí se llevó el oro al cuello, para disfrute ‘aussie’, fue la nadadora local Jessicah Schipper, campeona mundial de 200 mariposa ante la amenaza de la estadounidense Vandenberg y la polaxa Jedrzejczak. Schipper, que se vengó de la europea tras la afrenta de Montreal 2005, se vio jaleada por un público que vibró con un nuevo oro de sus paisanas, porque de los chicos es mejor no hablar.
Para la jornada de mañana se esperan dos grandes finales como la de 200 braza, con un favorito nipón Kitajima ante la ausencia de un enfermo estadounidense Brendan Hansen –que era un valor seguro para el oro-; y la de 100 libres femeninos, donde Nathalie Coughlin –un campeonato para enmarcar- se ha asegurado la calle 4 por delante de Lisbeth Lenton y Britta Steffen.
La australiana va a tener en el público del Rod Laver Arena a su mejor aliado, mientras que la alemana deberá demostrar que la delegación de su país no ha venido de compras dadas las críticas internacionales que están cosechando –la recordwoman mundial Janine Pietsch, última hoy en la final de 50 espalda- cuando tenían grandes opciones de medalla en varias pruebas que ya se han esfumado.
Phelps no se cansa de ganar. Reivindica la perfección, y la suya pasa por demostrarse a sí mismo que cada vez es mejor. En el quinto día de natación, el líder estadounidense se impuso en los 200 estilos individual parando el crono en 1.54.98, por los 1.55.84 que tenía del verano pasado en los Pan Pacíficos. Tras él se subió al cajón su compatriota Ryan Lochte y el húngaro Laszlo Cseh, un campeón de Europa que sigue coleccionando medallas mundiales.
El otro gran récord universal del día lo firmaron las chicas del 4x200 libres estadounidese con 7.50.09 (Coughlin, Voller, Nymeyer y Hoff) arrebatándoles su lugar en la historia a las alemanas, que tenían como tope el 7.50.82 de los Europeos de Budapest. Poco les ha durado. La también estadounidense Leila Vaziri volvió a igualar su mejor marca mundial de los 50 espalda (28.16) en una final en la que hicieron de comparsas la bielorrusa Herasimenia y la austrliana Zimmer.
LOS ''FÓRMULA 1''
En la finalísima de los 100 libres, el brasileño César Cielo, protagonista en los primeros 70-75 metros, se ha quedado sin medalla ante el paso de los ‘fórmula 1’ Magnini y Hayden (oro compartido con un doble 48.43), seguidos del australiano Sullivan. En una final carísima en emoción, que no en marcas, Lezak, Van den Hoogenband, Schoeman y Neethling se han quedado lejos de un podio con el que todo velocista sueña: el hectómetro de nado libre, la prueba de las pruebas pese al auge de los 50 libres, una carrera más explosiva pero donde la táctica pierde protagonismo. VDH ya ha perdido las finales de 100 y 200 libres, pero para perderlas hay que nadarlas, y sólo lo consiguen los ocho grandes.
La que sí se llevó el oro al cuello, para disfrute ‘aussie’, fue la nadadora local Jessicah Schipper, campeona mundial de 200 mariposa ante la amenaza de la estadounidense Vandenberg y la polaxa Jedrzejczak. Schipper, que se vengó de la europea tras la afrenta de Montreal 2005, se vio jaleada por un público que vibró con un nuevo oro de sus paisanas, porque de los chicos es mejor no hablar.
Para la jornada de mañana se esperan dos grandes finales como la de 200 braza, con un favorito nipón Kitajima ante la ausencia de un enfermo estadounidense Brendan Hansen –que era un valor seguro para el oro-; y la de 100 libres femeninos, donde Nathalie Coughlin –un campeonato para enmarcar- se ha asegurado la calle 4 por delante de Lisbeth Lenton y Britta Steffen.
La australiana va a tener en el público del Rod Laver Arena a su mejor aliado, mientras que la alemana deberá demostrar que la delegación de su país no ha venido de compras dadas las críticas internacionales que están cosechando –la recordwoman mundial Janine Pietsch, última hoy en la final de 50 espalda- cuando tenían grandes opciones de medalla en varias pruebas que ya se han esfumado.
