Poli Baños: "Para los sanitarios en primera línea, el daño emocional será permanente"

Apolonia Baños, más conocida como Poli Baños, es árbitra de waterpolo desde hace casi 30 años, todo un referente balear y nacional, pero en toda su trayectoria deportiva nada es comparable a esta pandemia que le ha tocado vivir no ya en su casa, si no en primera línea de batalla frente a la Covid-19 como enfermera -su trabajo y a la vez su otra gran pasión- desde la UCI Neonatal de Son Espases en Palma de Mallorca. Desde la RFEN hemos hablado con la mallorquina y nos ha dicho que “la carga emocional, el desgaste psicológico y la frustración son brutales”.

Una ENTREVISTA de Rodrigo Gil-Sabio (Comunicación RFEN)

- Poli, teníamos pendiente hablar contigo. Muchos años arbitrando y trabajando a la vez. Suponemos que no ha sido fácil, y mucho menos ahora por las circunstancias, ¿no?

- “Empecé en el mundo del arbitraje en el año de los Juegos Olímpicos de Barcelona, en 1992. Oficialmente obtuve mi licencia territorial en 1994 y en 1997 a nivel nacional. Entre 2013 y 2018 he sido internacional LEN y además con titulación FINA. Como enfermera comencé en 2005 así que, respondiendo a tu pregunta, no ha sido fácil, ni es fácil, porque no siempre tengo el mismo turno de trabajo, me tengo que organizar con mucha antelación. Además, soy madre soltera y con un hijo” (con necesidades especiales).

- ¿Cómo viviste los prolegómenos de esta pandemia que nos está azotando estas semanas, especialmente en nuestro país?

- "Consciente del asunto por las informaciones que iban llegando, soy una mente inquiera y me interesa mucho el tema de la ciencia. Empecé a interesarme e investigar. Todo el mundo me llamaba ‘loca’, ‘esto es solo una gripe’..., pero al final todos acabaron haciéndome caso, todo pasaba según decía. En mi opinión, las medidas han llegado tarde. Simplemente estábamos expectantes en lugar de actuar”.

- ¿No debe ser fácil prever qué hacer y cuándo ante algo tan destructivo como esto?

- "Llevo toda la vida estudiando enfermería, medicina… y hay una cosa que es la prevención. La parte más básica en la salud, para evitar el desarrollo de enfermedades, nos la estábamos saltando, por así decirlo. La crisis también ha evolucionado de forma muy distinta en diferentes lugares. Alemania, con su robusto y preparado sistema sanitario; resulta curioso ver los datos de Grecia, con economía más precaria que otras, y no están desarrollando la enfermedad con tanta virulencia, caso también de la cercana Portugal. No sabemos por qué, o quizás sí”.

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"LA CARGA EMOCIONAL, EL

DESGASTE PSICOLÓGICO...

LA FRUSTRACIÓN ES BESTIAL"

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- El esfuerzo físico se nos antoja durísimo pero la carga emocional aún más brutal, ¿no?

- “La carga emocional, el desgaste psicológico por todos los cambios casi a diario en el hospital en función de lo que pase, los protocolos que cambian continuamente… la frustración es bestial”.

- ¿Ves alguna similitud entre el mundo del arbitraje del waterpolo y tu trabajo como enfermera de hospital?

- "En el mundo del deporte tengo mis cargas emocionales antes de las grandes competiciones, la tensión previa del partido, la concentración. Recuerdo mi debut en la División de Honor Masculina o mi primera final internacional, que tampoco son fáciles de gestionar. Mi puesto de trabajo como enfermera es más matemático o científico, yo que gestiono los signos y síntomas de un paciente, unas pautas médicas y cuidados a realizar. Se trabaja como equipo multidisciplinar con unos datos y objetivos comunes entre todos. El arbitraje, en cambio, tiene una gran parte subjetiva, y además el waterpolo es de los deportes más difíciles de arbitrar porque parte del cuerpo de los jugadores está por debajo del agua. Y el punto de vista de tu compañero y/o delegado puede ser diferente al tuyo, lo que para mí es blanco para otro será negro. El tener una buena sintonía y criterios comunes con tu compañero es clave para el éxito del partido”.

- Pero al final has sabido combinar perfectamente los dos mundos, ¿no?

- “Mi parte de enfermera me ha ayudado a ser abierta, empática y humana en el mundo del deporte. Y luego, el arbitraje, a ser estricta, rigurosa y precisa en mi día a día laboral".

- ¿Cómo crees que va a afectar el coronavirus en el futuro al mundo del deporte?

- "Lo va a sufrir, y hay deportes de contacto que lo van a sufrir más aún. Una gran competición con muchos espectadores puede llegar a ser inviable a corto plazo. Pero, claro, el espectáculo se ve adulterado, no es lo mismo competir con público o sin él, con presión o sin ella. Con algunos jugadores hemos tenido este tipo de conversaciones. Un deportista, sin público o con poco público, no juega con la misma intensidad. Yo siempre he oído a la grada, aunque es verdad que en los últimos años oigo menos, discrimino, porque mi cabeza está más entrenada para ello. Aunque el partido siempre está delante y esa tensión no te la quita nadie, pero sin grada es totalmente diferente”.

- ¿Qué cosas crees que van a cambiar en la era post coronavirus?

- "Espero que la humanidad cambie. Nos daremos cuenta de que hay que dejar de lado el yo y apostar por la solidaridad. Nos hemos convertido en una sociedad muy consumista y egoísta. Nos hemos ido cargando el medioambiente de una forma descomunal, y con nuestro confinamiento la contaminación se disipa, la naturaleza vuelve a tomar sus espacios sin miedo a los humanos. En Baleares, hay un 'contento' relativo, quizás sea el primer verano vacío de playas o solo ocupadas por los lugareños, aunque el impacto económico para la isla será duro, pero seguro que hay alternativas al turismo de borrachera. Espero, también, que esta experiencia nos haga pensar que debemos valorar más los pequeños momentos y a las personas, a las que hoy no podemos abrazar y ni siquiera dar un beso”.

- ¿Qué conclusión esperas sacar de esta gran crisis, Poli?

- "Que aprendamos de lo vivido y nos quede marcado a fuego en nuestro corazón. Para los sanitarios y los que trabajamos en UCI, Urgencias… psicológicamente esto no se va a curar nunca. Siempre será un trauma en la vida de los sanitarios de primera línea, pero hay que seguir. Debemos tener un poco de empatía y actuar en consecuencia, ser responsables, atender las medidas de seguridad y querer mucho a la gente, porque hoy están, pero quizás mañana no, y eso el Covid nos lo enseñando a marchas forzadas”.

- Hablando de querer, Poli. ¿Qué es lo primero que harás cuando acabe esta pesadilla?

- “Mi hijo, un cine en casa con palomitas, que es lo que nos gusta… llevo cinco semanas sin verle. Ya antes del estado de alarma y viendo el caso de Italia, no me podía arriesgar a llegar a casa y contagiar, con lo que yo viajo, y el hospital, era demasiado riesgo. Otro deseo, el mar, olerlo de nuevo, dejarme abrazar por él, sentarme en la orilla, y contemplar la puesta del sol junto a alguien especial y apoyar mi cabeza en su hombro. Mi corazón tiene algo pendiente en Berlín, ojalá vuelvan todos esos momentos”.

Gracias de corazón Poli, que abraces pronto a tu hijo. A las ocho de la tarde tengo diariamente una cuenta pendiente contigo y con todas las personas que estáis en primera línea de batalla…