Real Federación Española de Natación
04/09/2010 an 00:00
Xavi Vallés, de una pasta especial
A sus 31 años recién cumplidos, el boya de la selección española Xavi Vallés (Barberà del Vallès, 04/09/1979) suma en este Campeonato de Europa de Waterpolo Zagreb 2010 un nuevo gran torneo internacional a su dilatada trayectoria con el equipo absoluto. El deportista barcelonés reconoce que “es precisamente esta una de las principales recompensas, además de participar en Campeonatos del Mundo y Juegos Olímpicos”, que ha tenido en las 23 temporadas que lleva disputando esta disciplina.
Seguramente cuando llegó con ocho años por primera vez a las instalaciones del CN Sabadell sus primeros entrenadores ya encontraron en él unas condiciones innatas para el waterpolo. Vallés, que asegura que tiene muchas cosas que agradecer a todos los técnicos que ha tenido, afirma que desde el primer momento lo involucraron directamente en los entrenos específicos del deporte del balón amarillo, una especialidad que le ha aportado muchísimas alegrías personales después de ver “cómo uno consigue muchas de las metas que se va proponiendo desde pequeño”. Quizá la única que le quede por cumplirse sea la de “disputar una final olímpica”, deseo que espera realizar de aquí a dos años en Londres 2012. El boya afirma que “ser olímpico es lo máximo, y todavía lo es más jugar una final olímpica, un hecho que ya te asegura la medalla”.
Vallés cumple a la perfección con el dicho de ser de una pasta especial. A pesar de sufrir durante la larga temporada con su club y con la selección, que esta temporada ha jugado la Superfinal de la Liga Mundial, la Copa FINA y este Europeo de Zagreb, el boya español jugó anoche contra toda una Croacia en su casa pese a haber sufrido dos días antes -en la tercera parte del partido con Montenegro- un fortísimo golpe en las costillas que le ha impedido dormir y entrenar con normalidad en las últimas horas, pero él, pese a la importancia de la lesión, tenía claro que “era un partido muy importante. Yo quería jugarlo y no podía fallar. Después todos mis compañeros del equipo me lo agradecieron uno a uno”.
“No todo el mundo puede jugar en los dos metros a un gran nivel internacional, para ello tienes que tener la cabeza muy preparada”, afirma el boya vallesano, que también tiene bien diferenciadas las competiciones porque “no es lo mismo jugar una competición nacional que una internacional de clubes o selecciones al máximo nivel, donde tus rivales miden más de dos metros y pesan 120 kilos”. Vallés explica su función en el equipo de una forma muy sencilla: “es ayudar a que mis compañeros puedan lanzar y poder sacar expulsiones para jugar en superioridad”. El jugador, que desearía seguir vinculado al deporte dentro de la gestión en algún ente federativo, asegura que su mayor momento de satisfacción en el partido es cuando “saco una expulsión, muevo la pelota rápido y el equipo marca gol”. Esperamos seguir viendo muchas jugadas rápidas guiadas por Vallés en Zagreb 2010. ¡Feliz cumpleaños, Xavi!
Seguramente cuando llegó con ocho años por primera vez a las instalaciones del CN Sabadell sus primeros entrenadores ya encontraron en él unas condiciones innatas para el waterpolo. Vallés, que asegura que tiene muchas cosas que agradecer a todos los técnicos que ha tenido, afirma que desde el primer momento lo involucraron directamente en los entrenos específicos del deporte del balón amarillo, una especialidad que le ha aportado muchísimas alegrías personales después de ver “cómo uno consigue muchas de las metas que se va proponiendo desde pequeño”. Quizá la única que le quede por cumplirse sea la de “disputar una final olímpica”, deseo que espera realizar de aquí a dos años en Londres 2012. El boya afirma que “ser olímpico es lo máximo, y todavía lo es más jugar una final olímpica, un hecho que ya te asegura la medalla”.
Vallés cumple a la perfección con el dicho de ser de una pasta especial. A pesar de sufrir durante la larga temporada con su club y con la selección, que esta temporada ha jugado la Superfinal de la Liga Mundial, la Copa FINA y este Europeo de Zagreb, el boya español jugó anoche contra toda una Croacia en su casa pese a haber sufrido dos días antes -en la tercera parte del partido con Montenegro- un fortísimo golpe en las costillas que le ha impedido dormir y entrenar con normalidad en las últimas horas, pero él, pese a la importancia de la lesión, tenía claro que “era un partido muy importante. Yo quería jugarlo y no podía fallar. Después todos mis compañeros del equipo me lo agradecieron uno a uno”.
“No todo el mundo puede jugar en los dos metros a un gran nivel internacional, para ello tienes que tener la cabeza muy preparada”, afirma el boya vallesano, que también tiene bien diferenciadas las competiciones porque “no es lo mismo jugar una competición nacional que una internacional de clubes o selecciones al máximo nivel, donde tus rivales miden más de dos metros y pesan 120 kilos”. Vallés explica su función en el equipo de una forma muy sencilla: “es ayudar a que mis compañeros puedan lanzar y poder sacar expulsiones para jugar en superioridad”. El jugador, que desearía seguir vinculado al deporte dentro de la gestión en algún ente federativo, asegura que su mayor momento de satisfacción en el partido es cuando “saco una expulsión, muevo la pelota rápido y el equipo marca gol”. Esperamos seguir viendo muchas jugadas rápidas guiadas por Vallés en Zagreb 2010. ¡Feliz cumpleaños, Xavi!
