Real Federación Española de Natación
22/05/2014 an 00:00
Valoraciones partido test FINA femenino
CE Mediterrani y CN Sant Andreu se midieron ayer en el partido test femenino de la FINA, jugado sobre un campo de 25 x 20 metros con pelota femenina y cinco jugadoras por equipo. En lo deportivo, el CN Sant Andreu se impuso por 8-9, aunque la fórmula generó algunas reservas en los dos técnicos al mando de los equipos ayer, Joan Alled y Xavi Julià.
Joan Alled, entrenador del CE Mediterrani: “Si comparamos estas reglas con las aplicadas en el partido test masculino, las diferencias son enormes. Para nosotros, hoy ha sobrado mucha agua y han faltado jugadoras. Si me voy a lo positivo, con estas reglas puedes adoptar más variantes tácticas, ya que te permiten jugar sin boya o con boya simple o doble. Con la normativa vigente, o juegas con una o dos, pero siempre necesitas esa referencia.
“En cambio, la norma de cinco jugadoras particularmente no me gusta. A nivel femenino, con estas dimensiones de campo sobra agua y faltan jugadoras. Creo que con una piscina más pequeña posiblemente sí que podría funcionar, pero en 25x20 hay demasiados espacios.
“Como sugerencia, apuntaría la posibilidad de una zona de expulsión de entrada y salida y sin tiempo de penalización; o incluso recuperar los puntos de penalti”.
Xavi Julià, técnico del CN Sant Andreu, sintonizaba con la opinión de su rival ayer, e introducía matices: “En el waterpolo masculino sí que veo una razón a la nueva propuesta reglamentaria: hacer el campo más pequeño para aumentar la velocidad del juego, reducir el tamaño de la pelota para incrementar la velocidad de lanzamiento y, en consecuencia, los goles. Aquí, en cambio, juegas con las mismas dimensiones, la misma pelota y encima con una jugadora menos. Esto provoca un juego lento y aburrido. Yo haría el campo más pequeño (en consonancia con la reducción para los hombres) o, por lo menos, más estrecho, porque con las dimensiones de hoy había demasiados espacios y demasiada natación. El castigo físico es muy grande porque a este nivel, con tantas luchas, tanto uno contra uno y tantas entradas, a los cuatro minutos deberías relevar a todo el equipo, y eso es casi imposible. También jugaría con la pelota de las júnior, más ligera.
“Por lo que respecta a los esquemas de juego, creo que es cosa de habituarse. Si no pones boya y prefieres el chut desde el arco, un fallo hace que te cojan más fácil al contraataque. Un boya te permite fijar más, si bien no tenga por que ocupar una posición tan central, sino más con doble boya y con nuevas alternativas.
“Por último, no me ha convencido el silbido único (en lugar de los dos habituales) para señalar las expulsiones, porque confunde a las jugadoras en relación a la falta simple, y obliga a estar pendiente de los árbitros todo el rato”.
Joan Alled, entrenador del CE Mediterrani: “Si comparamos estas reglas con las aplicadas en el partido test masculino, las diferencias son enormes. Para nosotros, hoy ha sobrado mucha agua y han faltado jugadoras. Si me voy a lo positivo, con estas reglas puedes adoptar más variantes tácticas, ya que te permiten jugar sin boya o con boya simple o doble. Con la normativa vigente, o juegas con una o dos, pero siempre necesitas esa referencia.
“En cambio, la norma de cinco jugadoras particularmente no me gusta. A nivel femenino, con estas dimensiones de campo sobra agua y faltan jugadoras. Creo que con una piscina más pequeña posiblemente sí que podría funcionar, pero en 25x20 hay demasiados espacios.
“Como sugerencia, apuntaría la posibilidad de una zona de expulsión de entrada y salida y sin tiempo de penalización; o incluso recuperar los puntos de penalti”.
Xavi Julià, técnico del CN Sant Andreu, sintonizaba con la opinión de su rival ayer, e introducía matices: “En el waterpolo masculino sí que veo una razón a la nueva propuesta reglamentaria: hacer el campo más pequeño para aumentar la velocidad del juego, reducir el tamaño de la pelota para incrementar la velocidad de lanzamiento y, en consecuencia, los goles. Aquí, en cambio, juegas con las mismas dimensiones, la misma pelota y encima con una jugadora menos. Esto provoca un juego lento y aburrido. Yo haría el campo más pequeño (en consonancia con la reducción para los hombres) o, por lo menos, más estrecho, porque con las dimensiones de hoy había demasiados espacios y demasiada natación. El castigo físico es muy grande porque a este nivel, con tantas luchas, tanto uno contra uno y tantas entradas, a los cuatro minutos deberías relevar a todo el equipo, y eso es casi imposible. También jugaría con la pelota de las júnior, más ligera.
“Por lo que respecta a los esquemas de juego, creo que es cosa de habituarse. Si no pones boya y prefieres el chut desde el arco, un fallo hace que te cojan más fácil al contraataque. Un boya te permite fijar más, si bien no tenga por que ocupar una posición tan central, sino más con doble boya y con nuevas alternativas.
“Por último, no me ha convencido el silbido único (en lugar de los dos habituales) para señalar las expulsiones, porque confunde a las jugadoras en relación a la falta simple, y obliga a estar pendiente de los árbitros todo el rato”.
