GLASGOW España, cuando la medalla no lo es todo

Los grandes equipos se ven en los momentos duros, como el de hoy. Pero el Equipo libre -prueba olímpica- sale reforzadísimo, con la sensación de todo el público en Glasgow de que Italia tiene un problema con España en los próximos años. Solo así se entiende el júbilo de las italianas, que celebraron su décima de más como si hubiesen ganado un oro mundial. Son bronce europeo, pero nuestro joven equipo sale por la puerta grande al trabajo, al coraje y a la fuerza de un bloque de futuro.
Rodrigo Gil-Sabio (Enviado Especial a Glasgow 2018)


Salió Italia con su "tic-tac" en busca de arrebatarle a España -que iba a continuación- el bronce. Ambiente de gran final continental aquí en Glasgow. Las transalpinas fueron con todo en esta final de Equipo libre tras sucumbir ante las españolas en la preliminar por 0,5. Es verdad que su ejercicio fue dinámico, plástico y bien ejecutado. Sus entrenadoras celebraron con prudencia sus 92.2333 puntos, mientras que España necesitaba un punto más respecto a la preliminar ¿Nos lo darían?...


TRABAJO EN CADENA


Gran rutina de España -que formó con Leyre Abadía, Berta Ferreras, Carmen Juárez, Txell Mas, Elena Melián, Paula Ramírez, Sara Saldaña y Blanca Toledano-, en lo que fue la metáfora del trabajo en la fábrica, el proceso en cadena y el compañerismo para sacar adelante una producción. Eso recrea España y eso es España, una oda al compañerismo, una piña llena de contrastes, pero una piña al fin y al cabo. Verlas llorar entre "bambalinas" -y no solo al parecer por el cloro de la piscina de competición- sino por el disgusto en caliente y la rabia de no estar en el podio para regalarnos una medalla, es profundamente injusto.


No se merecían el disgusto y desde aquí solo podemos darles las gracias por pelearlo, por saber sufrir, por pasar un trago amargo y por tener la entereza de volver a zona mixta al grito de "campeonas" con la mejor de las sonrisas, atender a los medios, Televisión Española incluída, y marchar sin el premio que merecían. Pero son jóvenes y el camino es largo. Esta experiencia cuenta y mucho. Este equipo ha cogido el camino del éxito a través del aprendizaje, de la unión, y eso pasa por Gwuangju 2019 y Tokyo 2020. Es la hoja de ruta, y no vamos a salirnos de ella. El sacrificio de hoy -que demuestra carácter y ambición-, mañana habrá merecido la pena.