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Real Federación Española de Natación
04/02/2008 at 00:00
CENTENARIO DEL WATERPOLO ESPAÑOL - 18 julio 1936. LA GUERRA CIVIL PONE FIN A UN GRAN PROYECTO
Los resultados conseguidos en los Campeonatos de Europa de Magdeburgo de 1934 y la magnífica labor que desde su llegada a España en 1933 venía desarrollando el entrenador Ernst Speissegger presagiaban tiempos de gloria para el waterpolo español.
En 1935 se disponía de un “siete” modélico: Jaume Cruells en la puerta; Joan Gàmper y Ramon Borràs en la defensa; Ricard Brull en el medio campo; Josep Cabrejas y Àngel Sabata en los extremos, y Rafael Jiménez como delantero punta. Y todo hacía pensar que en las próximas confrontaciones internacionales se daría un importante paso adelante.
La programación de este año ofrecía tres encuentros en Barcelona. Uno contra Francia, nuestro “enemigo” más tradicional, con la que se empató a 2 goles; otro contra Suiza, a la que se derrotó por 12 a 2, y un tercero y más difícil contra Suecia, que seguía siendo una de las grandes potencias mundiales, a la que se venció por 2 a 1 en un formidable partido que representó el hito más importante del waterpolo español en sus veinticinco años de historia, reforzando las expectativas de futuro de nuestro equipo. La temporada se cerró frente a Italia, en Génova, donde se empató a 1 gol tras un partido durísimo que acabó con varios dientes de nuestros jugadores en el fondo de la piscina.
Y ya en 1936, prácticamente sin tiempo para nada más, llegó la guerra civil y empezó el periodo más lamentable de nuestro deporte que, después de una larga etapa de ostracismo, no se recuperaría hasta 1948.
En la foto: el equipo que en 1935 formaban Josep Cabrejas, Rafael Jiménez y Àngel Sabata (arriba); Ricard Brull (centro), y Ramon Borràs, Jaume Cruells y Joan Gàmper (abajo) era uno de los proyectos más ambiciosos emprendidos hasta el momento por el waterpolo español… Pero se quedó en eso.
En 1935 se disponía de un “siete” modélico: Jaume Cruells en la puerta; Joan Gàmper y Ramon Borràs en la defensa; Ricard Brull en el medio campo; Josep Cabrejas y Àngel Sabata en los extremos, y Rafael Jiménez como delantero punta. Y todo hacía pensar que en las próximas confrontaciones internacionales se daría un importante paso adelante.
La programación de este año ofrecía tres encuentros en Barcelona. Uno contra Francia, nuestro “enemigo” más tradicional, con la que se empató a 2 goles; otro contra Suiza, a la que se derrotó por 12 a 2, y un tercero y más difícil contra Suecia, que seguía siendo una de las grandes potencias mundiales, a la que se venció por 2 a 1 en un formidable partido que representó el hito más importante del waterpolo español en sus veinticinco años de historia, reforzando las expectativas de futuro de nuestro equipo. La temporada se cerró frente a Italia, en Génova, donde se empató a 1 gol tras un partido durísimo que acabó con varios dientes de nuestros jugadores en el fondo de la piscina.
Y ya en 1936, prácticamente sin tiempo para nada más, llegó la guerra civil y empezó el periodo más lamentable de nuestro deporte que, después de una larga etapa de ostracismo, no se recuperaría hasta 1948.
En la foto: el equipo que en 1935 formaban Josep Cabrejas, Rafael Jiménez y Àngel Sabata (arriba); Ricard Brull (centro), y Ramon Borràs, Jaume Cruells y Joan Gàmper (abajo) era uno de los proyectos más ambiciosos emprendidos hasta el momento por el waterpolo español… Pero se quedó en eso.