EL PUNTO ROJO / Mireia no solo llevaba la bandera, portaba una mochila llena de amor propio
SI ALGUIEN TENÍA ALGUNA DUDA respecto a la designación de Mireia Belmonte como abanderada española en los JJOO Tokyo, la propia nadadora disipó cualquier atisbo de sospecha con una exhibición en la piscina al día siguiente solo al alcance de los elegidos. Y es que Mireia no solo llevaba la bandera a Japón, llevaba una mochila cargada de amor propio. Fred decía horas antes de su debut que Mireia se transformó un día en un “animal competitivo”. A la vista está.
UN DÍA EN SIERRA NEVADA CON FRED Y MIREIA agota con solo mirarles, y así en los últimos ¡11 años! En un país resultadista y futbolero como este donde una medalla es un éxito y un cuarto puesto la ausencia de espacio en los medios, el diploma olímpico fraguado en el último mes a más de 2.000 metros de altura debe servirnos a todos, por encima de todo, a respetar el trabajo de los demás y valorar que hay nueve nadadores olímpicos, staffs técnicos y sus familias que lo han sacrificado todo por estar ahí luchando por un sueño. Siempre hay que creer, amigos.
UN EQUIPO DENTRO Y FUERA DEL AGUA, como debe ser. Al parecer, podían ir doce waterpolistas y no trece a la inauguración de los JJOO de Tokyo 2020. En estas cosas, los japoneses no se andan con miramientos. Y el equipo español decidió que “o todas o ninguna”. Y no fueron. Este es uno de los claros ejemplos de por qué España vive un largo ciclo dorado en el waterpolo femenino. Las de Miki Oca son un ciclón en el agua, pero también son una piña fuera de ella, una familia vamos. Y ya se sabe que derrotar a una buena escuadra es harto complicado, pero deshacer a una familia unida es casi imposible.
CUANDO GANAR A SERBIA PARECE NORMAL pero no lo es. La selección olímpica masculina de waterpolo ha tenido que jugar al 110% y además minimizando errores estadísticos (que también los hubo) para hundir por un gol a la campeona olímpica, la gran Serbia de Dejan Savic. Aquella oda al waterpolo que fue el España-Serbia de BCN2018 se ha convertido en un clásico mundial. Pero ahora, jugar frente a la selección de David Martín, un genuino estratega y motivador de grupos de élite, se ha convertido en una auténtica pesadilla para los equipos balcánicos ¿El mundo al revés? No, trabajo, estrategia, calidad y pasión por el waterpolo.
El último samurai– Especial JJOO Tokyo 2020