SERIAL OLÍMPICO | BCN '92: Emoción en casa, el oro de López-Zubero y un waterpolo de plata
En nuestro serial histórico de los Juegos Olímpicos nos detenemos en, quizás, los más especiales de nuestra historia. Cada edición ha tenido su miga, sus anécdotas, sus particularidades, pero albergar un evento de este calibre en casa, en Barcelona, en una ciudad que respira deporte por los cuatro costados, eso fue único. 1992 se convirtió en un año que guardaremos siempre en la retina del deporte español. El Área Olímpica de la ciudad condal sería un lugar de culto que aún en nuestros días, casi 30 años después, continúa emanando un aroma especial, a grandeza.
UNA CEREMONIA INAUGURAL INCOMPARABLE
El arquero paralímpico Antonio Rebollo fue el encargado de la, para muchos, ceremonia inaugural más espectacular de siempre. La figura de la flecha recorriendo todo el estadio olímpico y cayendo en el rectángulo del pebetero, encendiéndolo y proclamando el arranque de los Juegos fue sencillamente brillante: 50.000 personas conteniendo la respiración en Montjuïc y más de 3.000 millones desde sus casas mediante la televisión con las pulsaciones a mil mientras el fuego recorría los 86 metros exactos hasta hacer arder el famoso pebetero.
LÓPEZ-ZUBERO, DE ORO
Si nos centramos en lo meramente deportivo, la actuación española fue de las mejores de su trayectoria. 22 metales y una sexta posición final muy meritoria, solo por detrás del Equipo Unificado (ex Unión Soviética), Estados Unidos, Alemania, China y Cuba. Y la aportación de los deportes acuáticos, como siempre a lo largo de la historia olímpica nacional, fue importante. En la natación solo se logró una medalla. Pero qué medalla.
El tan recordado oro de Martín López-Zubero en los 200 espalda. El único campeón olímpico de la natación española junto a Mireia Belmonte, que lo lograría en Río de Janeiro 2016 en los 200 mariposa. Entrenado por su hermano David López-Zubero (bronce en Moscú 1980), Martín representó siempre a España en sus competiciones a pesar de estar afincado en Estados Unidos. 1:58:47. Una marca para la historia. Martín lograría diploma olímpico en 100 mariposa (séptimo) y 100 espalda (cuarto). Poco antes, en 1991, venía de lograr dos récords del Mundo. Hablando de plusmarcas mundiales, en Barcelona se batieron 10 en el global. Casi nada.
"Mi mejor recuerdo fue justo después de la ceremonia de medallas. Las tribunas estaban abarrotadas y allí pude ver a mi padre. Siempre había estado ahí, apoyándome. No habría conseguido el oro sin su ayuda. Ese momento fue inolvidable”, aseguró años después López-Zubero.
LA SELECCIÓN MASCULINA DE WATERPOLO, SUBCAMPEONA OLÍMPICA
El otro metal acuático en Barcelona llegaría de la mano de un equipo de leyenda. Una generación que maravilló en los 90 y que en Barcelona, ante su gente, lloró por una plata. Sí, eran subcampeones olímpicos, habían logrado una proeza, pero tuvieron tan cerca el oro frente a Italia quela tristeza y la rabia se apoderó de unos jugadores que se tomarían su particular ‘vendetta’ cuatro años después. Después de acabar líder del Grupo B (por delante de Italia, por cierto, con la que se empató a 9), el equipo de Dragan Matutinovic accedía directamente a semifinales, donde superaría a Estados Unidos por 6-4. La mencionada final frente a Italia es historia del waterpolo olímpico. Tres prórrogas y una fatídica tanda de penaltis. Plata con sabor amargo, pero también a cimientos, a confirmación.
En Barcelona hubo otro nombre en nuestros deportes acuáticos que, a pesar de no sacar medalla, dejó su sello en forma de diploma olímpico. Más allá de los dos de López-Zubero, Sergi López lograría finalizar a las puertas del podio (cuarto en los 200 braza con 2:13:29). Un nadador catalán que venía de lograr el bronce en Seúl’88, por cierto.
En aquellos Juegos estuvo, por vez primera, la andaluza María Peláez, que es la nadadora española con más participaciones olímpicas, tantas como cinco (Barcelona, Atlanta, Sidney, Atenas y Pekín).
Comunicación RFEN.
