HISTORIAS DE BUDA Y PEST / Day13: Con todos ustedes, 'la caverna'...
Los legendarios The Beatles encontraron un ‘garito’ en Liverpool en el que se presentaron en sociedad el 9 de febrero de 1961. Era un antro pequeño, de ladrillo, abovedado. Hablamos de la mítica sala de música The Cavern Club. Tomando como referencia el nombre y la metáfora del contexto, a falta de una jornada de competición les presento 'LA CAVERNA', ese lugar donde un nadador, nada más salir de competir, se enfrenta a un sendero de luces y sombras que para algunos puede ser su consagración mediática y para otros el infierno en 50 metros de sinuosa pesadumbre...
Para los que habitamos ‘la caverna’ en los grandes campeonatos de natación, la zona mixta o mixed zone es nuestro hábitat natural. Es el lugar donde coinciden dos especies muy diferentes pero que no pueden vivir la una sin la otra. Sí, hablamos de los nadadores y los periodistas. La zona mixta es el altavoz del Campeonato, el epicentro de la información, de las cámaras, las grabadoras, de las declaraciones de los grandes protagonistas que se expandirán rápidamente por todo el orbe. Es un sitio que puede ser maravilloso, pero también tremendamente despiadado.
Reconozco que algunos de los mejores momentos los he vivido ahí. Desde luego, los más intensos. El abrazo que te daba (ahora con pandemia no podemos) un deportista empapado que acaba de triunfar con una marca, una final o una medalla es algo incomparable. Estos días, en concreto, he vivido el cielo y el infierno. He paseado triunfal con un campeón de Europa por las televisiones extranjeras o la call room, y también he esperado al final del todo a su amigo al que no le ha hecho nadie ni puñetero caso y que sufre en caliente su eliminación. Allí, a mil revoluciones, las emociones son algo que puede ponerte la piel de gallina pero que debes saber gestionar con los chicos. He visto otras cosas duras que mi deontología profesional no me permite contar.
Y he vivido, por un instante, el desprecio de quienes osaron manchar nuestro oficio. Fue en el año 2015, en Kazan (Rusia) al ver cómo se permitía competir contra ‘fieras’ a una niña de Bahrein de solo 10 años que fue despedazada en la zona mixta por las televisiones de medio mundo mientras le hacían fotos y todo tipo de preguntas, Fue una jornada muy, muy triste, donde el deporte resultó ser una auténtica farsa.
En la ‘caverna’ no necesitamos muchas cosas para trabajar, la verdad. Una mesa, una silla, conexión wi-fi, enchufes, una máquina de café con fruta y pastitas, algún monitor para seguir las carreras, y sobre todo tu conocimiento y sensibilidad para saber qué, cuándo y cómo preguntar, o incluso saber cuándo no preguntar. No es fácil, pero hay que conocer bien a nadador/a y saber que, con solo mirarle, tienes que tomar tu decisión en centésimas de segundo, como ellos. Y conocer sus marcas, sus referencias, sus pases, sus objetivos e incluso la ‘mochila’ que arrastran hasta llegar ahí. A veces nos confundimos en algo con alguno/a porque hay días que pasan 15 en hora y media. Y eso es mucho tráfico.
En resumen, que hay que tirar de oficio. Y otra cosa no, pero el oficio se me sale por las orejas. Este domingo estaré ahí, dando el primer gesto de apoyo a Joanllu, a África, a Jimena, al relevo y a todos los españoles que pasen. Darles voz cuando la merezcan (importante) y estar ahí incluso cuando les falte el oxígeno. Y expandir el mensaje a los medios de tu país. Un non stop. A veces es una palabra de ánimo, una mirada, o chocar el puño, pero hay que estar ahí para eso, para que sienta que justo fuera de la señal de televisión, donde todo es glamour y un decorado feliz, hay un tipo que está ahí para devolverle a la realidad y decirle, "tranquilo/a, soy de tu EQUIPO y aquí me tienes para lo que haga falta"...
Rodrigo Gil-Sabio, a orillas del Danubio
